Abordando la Realidad
A lo largo de la vida, las personas han crecido y
desarrollado en ambientes sociales, lo que los lleva a experimentar una realidad,
que para ellos llegara a ser la verdad, es decir, lo que las personas
ven será considerado como realidades absolutas. ¿Pero es esa la realidad única
y absoluta? En todo el mundo, cada una de las personas percibirán la realidad de
formas diferentes, distinta en cada sujeto. De
este modo se podría mencionar que existen diferentes puntos de vista y alternativas
que son asimiladas por los
sujeto a medida que van creciendo y formándose.
También la historia está repleta de circunstancias
en los cuales ciertas sociedades han querido hacer absolutos sus puntos de vista,
sin mirar, ni respetar las alternativas existentes en otras personas. En otras palabras, las definiciones de la
realidad pueden ser impuestas por el propio estado, lo que significara que
tales definiciones serán más convincentes que las que se aceptan voluntariamente.
En este sentido la estructura de la vida social
producirá la construcción de lo que se denomina realidad social, en el que, el
sujeto estará influenciado por el mundo social y el mundo social a su vez
influirá en el sujeto, es decir, a la vez que las personas y los grupos sociales
somos constructores de la sociedad, también somos construidos por la sociedad.
Al mismo tiempo, la realidad social es engañosa, debido a que es pura
representación, además de tener sus propios elementos, intereses e ideologías,
que sostiene la apariencia engañosa. Cabe mencionar que la apariencia no es un
hecho de conciencia, sino que forma parte de la realidad en sentido que es real
en sus efectos, es decir, es la apariencia construida socialmente y aceptada
por el sentido común como realidad. (Beltrán, 1982). Esto lleva a suponer que
todo lo que aparece se percibe como “lo real”, y por lo tanto es susceptible a
ser aprendido de manera errónea o ilusoria (Beltrán, 1982).
Por lo que la realidad que existe para el sentido
común, es el resultado de una determinada relación de dominación, en específico
para los beneficios de los dominantes, ya sea para establecer situación e
ideologías, de modo que, esta realidad, puede estar mediada por las relaciones
de dominación y, por ende, manipulada o impuesta por quienes nos manipulan
(Beltrán, 1982). Además el poder que ejercen estos grupos de autoridad en la
sociedad incluye el proceso de determinados métodos definitivos de socialización
y, por lo tanto, el poder de generar la realidad. Al mencionar el sentido común, hace referencia
a la percepción compartida de la realidad, es decir son aquellas nociones o
principios que están igualmente compartidas, ya sea, en una determinada cultura
o sociedad (Beltrán, 1982). Pero este saber del sentido común es menos común y
más defectuoso de lo que parecería.
Por lo que, la sociedad en la que vivimos, nos
construye mediante modos de comportarnos, sentir y pensar. Incluso desde que
nacer el mundo social nos establece las maneras en que habremos de interpretar
ciertos hechos. De modo que la realidad se define
socialmente, pero las definiciones siempre se encarnan, es decir, los
individuos y grupos de individuos concretos sirven como definidores de la
realidad (Berger & Luckmann, 1968). De tal
manera que desde el nacimiento se nos imponen paradigmas o tradiciones sociales
(como una religión, una posición política) , sin cuestionarlas, como el hecho
de ir a estudiar una carreara, tomar préstamos, terminar los estudios, crear una
familia y finalmente enviar a los propios hijos a que repitan el ciclo, de
forma que internalizaran el mundo de sus padres como
el mundo, es decir, el niño tomara lo establecido por sus progenitores como
realidad inevitable.
De tal manera que para comprender el estado del universo construido socialmente
o los cambios que sufre con el tiempo, es necesario comprender la organización
social que permite a los definidores efectuar sus definiciones (Berger &
Luckmann, 1968).
Todo ello nos ha incorporado a cada uno un cierto patrón de comprensión de nuestro mundo social, que nos permite movernos en nuestro mundo y hacer aportes para cambiar y dinamizar las comprensiones sociales de nuestros grupos. Es decir, estamos ante un fenómeno altamente dinámico, que por un lado nos da la oportunidad a todos de aportar en el cambio pero que a la vez nos impone condiciones, con la finalidad que permanezcamos inmersos en una realidad en la que se presentan factores económicos, políticos, ideológicos, culturales, históricos, que de cierto modo han influido en nuestra forma de ver y actuar, manipulándonos a través de distintas métodos de control como la televisión, las redes sociales etc. Estos muestran un mundo que es muy diferente al que es en realidad, así como encubre hechos sociales y nos venden una realidad distinta con el fin de mantenernos en un sistema, ya que todo lo que vemos lo suponemos como cierto. Así también se encuentran las distintas religiones, que hacen a las personas creer sin cuestionar dichas creencias, solo por el hecho de nacer en una sociedad donde ellas dominan.
Pero a todo esto se debe tener en cuenta que el individuo
no funciona como un ser apartado de la sociedad sino que forma parte activa de
ella y se junta en ella para edificar y dar un valor a lo que la misma sociedad
le ha predispuesto, es decir, a cómo actuar, como ser social y como construir
la realidad (Velázquez, 2014). De este modo se puede inferir y comprender que
la realidad no es única sino que se construye en base al constructo social en
el que nos hallamos sumergidos. De manera que la construcción de la realidad
conserva su particularidad de realidad adentro de una estructura temporal, ya
que, se presenta en un espacio de tiempo claro, y definido, y por consiguiente
es susceptible a cambios que se presentan a lo largo de los años (Velázquez,
2014). Es decir a lo largo de las distintas épocas de la historia de la humanidad,
se han implantado, modificado y cambiado la forma de ver y comprender el mundo,
a través de distintos paradigmas, que con el paso del tiempo, han sido
superados por paradigmas distintos, y a su vez han ido implantando en las personas
modos de pensar acorde a cada modelo sociales impuesto como absolutas.
Por consiguiente, de todo ello, se podría entender que
en cada individuo surge ideas, pensamientos y experiencias, que se traducen en
conductas, de allí que lo que portan es su propia subjetividad. El cual a su vez estará influenciada, por el
contexto social en el que se desarrolle. De esta forma el fenómeno de
construcción social se entendería como el compartir subjetividades en contextos
sociales. Dado que la subjetividad, es el resultado y
situación de un proceso de construcción individual y social, el cual parte de
las implantaciones sociales específicas que determinaran la forma particular y
singular en que el individuo percibirá, interpretara y dará sentido a su
realidad y a su vez interiorizara un sistema de valores que organizara las
vidas y acciones personales. (Fuentes, 2000).
Así entonces, se podría asumir y mencionar que cada
grupo social construye, a través de sus experiencias vividas y compartidas una representación
de realidad, pensamiento de verdad, una idea incorrecta y una idea de
normalidad. De esta manera, sus suposiciones dirigirán la forma en la que
llevaran sus patrones de acción y el modo de vivir en el ambiente en el que se
desarrollaron, de tal manera que, el mundo en el que viven serán sus ideas de
mundo, como único y verdadero. Pero a su vez existirán distintas formas
posibles de ver una misma realidad, ya se a que estemos siendo manipulados por
un sistema de poder, o por ideas prefijas que se nos son impuestas desde que
nacemos ya se por nuestros padres como la cultura, religión e incluso las
normas, de las cuales, no lo cuestionamos, dado que son ideas que se presentan
como absolutas, por lo que todo esto implica diferentes representaciones e
interpretaciones de lo real según el sistema en que un individuo se
desenvuelve.
Referencia Bibliografica
Beltrán, M. (1982). La realidad social como realidad y
apariencia. Reis: Revista Española de Investigaciones Sociológicas,
(19), 27-53.
Berger, P., & Luckmann, T. (1968). La Construcción
Social de la Realidad. (S. Zuleta, Trad.) Buenos Aires, Argentina: Amorrortu
editores.
Fuentes Avila, M. (2000). Subjetividad y realidad
social: un modelo psicosocial para su estudio. Revista Cubana de
Psicología, 17(3), 281+.
Valdéz, A. (16 de Mayo de 2014). Universidad Marista Guadalajara doctorado en psicología. Obtenido de
Universidad Marista Guadalajara doctorado en psicología.:
https://www.researchgate.net
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